El Ministerio Fiscal le tendió la mano a un merendero y escuelita de fútbol

Decenas de chicos compartieron un chocolate en el merendero “Roque Sáenz Peña” del barrio San Ramón. Entrega de indumentaria, artículos deportivos, y útiles escolares.

Política30 de junio de 2025Bajo la Lupa NoticiasBajo la Lupa Noticias

Bajo el lema “Ayudemos a los que ayudan”, en esta oportunidad el Ministerio P Fiscal llegó al barrio San Ramón de la capital tucumana con el proyecto "Comunidad Activa: Deporte, Tecnología y Prevención", iniciativa que nació como una respuesta integral a las múltiples problemáticas que afectan a los habitantes de la zona, especialmente a niños, adolescentes y jóvenes. 

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En este contexto, se identifican situaciones como la falta de espacios recreativos y formativos y la creciente exposición a riesgos como las adicciones. La educación y el deporte se convierten aquí en la herramienta clave para la prevención.
Representantes del MPF se hicieron presentes en el merendero “Roque Sáenz Peña” (ubicado en un pasaje a la altura de la avenida San Ramón al 800), para compartir con un gran número de chicos que asisten allí y a la escuelita “Gambeteando por un sueño; no a la droga, sí al fútbol”. La reparación, que en este caso fue gestionada por la Unidad Fiscal de Narcomenudeo, consistió en conjuntos y artículos deportivos, y kit escolares.

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“Le quiero agradecer al ministro fiscal Edmundo Jiménez, y a los que creyeron y confiaron en nosotros para traer ayuda solidaria. Yo desde el 2002 trabajo con los niños, ya sea en comedor, en merendero o con la escuelita de fútbol. Hay madres que nos ayudan, hacemos todo a pulmón. Tenemos 60 chicos en el merendero y 60 en la escuelita de fútbol”, expresó Antonia Olmos, presidenta del merendero, que añadió: “Hice un proyecto para poder ayudar a los chicos y gracias a Dios me salió pronto. Estoy muy agradecida al Ministerio Fiscal porque nos trajeron más de lo que pedimos”.
Pablo Miguel Páez es el profesor de “Gambeteando por un sueño” y está allí hace más de cuatro años. “Acá en el barrio hay mucha droga. Yo tengo entre 70 y 80 alumnos, entre niños y adolescentes. Nuestro objetivo es que salgan de las adicciones. Eso nos duele mucho. Tratamos de ayudarlos lo mejor posible”, dijo emocionado.

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