SITAS denuncia exclusión en las paritarias: “Estamos pagando el precio por protestar”

Aunque el Gobierno provincial ya inició las negociaciones paritarias con distintos gremios estatales, el Sindicato de Trabajadores Autoconvocados de la Salud (SiTAS) no fue convocado. Así lo confirmaron su secretario general, Julián Nasif, y la secretaria adjunta, Adriana Bueno, quienes afirmaron que el Ministerio de Economía “falta a la verdad” al decir que no recibió sus pedidos formales.

Nasif fue tajante: “Hemos presentado notas al gobernador, al ministro de Gobierno, al de Salud y al de Economía. Decir que no recibió nada es faltar a la verdad. Nos acusan de tener motivaciones políticas, pero protestamos desde 2009. SiTAS no nació en una campaña electoral. Luchamos porque aún nos deben el 60% de lo prometido con la Ley de Carrera Sanitaria”.

El dirigente criticó con dureza las declaraciones del ministro de Economía, Daniel Abad, quien justificó la exclusión de SITAS al señalar que no se invitaría a los que “movilizan, reclaman y luego cobran sin firmar”. “Ese tipo de expresiones muestran un espíritu de imposición que en democracia no es válido”, respondió Nasif. “La democracia es debate, no castigo al que piensa distinto”.

Un sistema en crisis

Tanto Nasif como Bueno pintaron un cuadro preocupante del sistema de salud pública en Tucumán. “Hoy un trabajador de la salud cobra un sueldo neto de $860.000. Con ese dinero no alcanza, y por eso se da el pluriempleo: un profesional va y viene de un trabajo a otro, agotado, atendiendo personas. ¿Dónde queda la calidad de atención?”, cuestionó Nasif.

Además, denunció la falta de personal especializado en hospitales clave. “En el Hospital de Niños hay solo dos neurólogos infantiles. En tres meses atendieron a 1.300 pacientes con patologías neurológicas. ¿Qué calidad de atención se puede ofrecer así?”, alertó. También apuntó a la guardia de pediatría, donde “hay uno o dos pediatras por día y el resto no tiene la especialidad aún”.

Turnos desde la madrugada y un año de espera para una cirugía

Consultada sobre la situación en el interior, la doctora Adriana Bueno fue directa: “Para operarse de vesícula se espera entre un año y un año y medio. Y si no tenés acomodo político, la espera puede ser mayor. En muchos casos, los pacientes terminan en cirugía de urgencia, con riesgo de vida real”.

Bueno explicó que estas demoras derivan en complicaciones graves: “Cuando un cálculo se atasca en la vía biliar, el paciente termina con pancreatitis y va a terapia intensiva. Es evitable. Pero no hay quirófanos ni refuerzos en los hospitales del interior, y el Gobierno lo sabe”.

También denunció discrecionalidad en los turnos: “A los conocidos de punteros o funcionarios se los acomoda. En lugar de reforzar el sistema, operan a los amigos. No se prioriza al paciente que está en riesgo, sino al que tiene un contacto político”.

Un gremio en pie

Pese a la exclusión, los representantes de SITAS aseguraron que seguirán firmes. “Estamos fortalecidos porque no traicionamos a nuestros afiliados. Si el sindicalismo obrara como debe, hoy no tendríamos trabajadores al borde de la línea de indigencia”, señaló Bueno.

Y remató con una crítica profunda al sistema: “Mientras a nosotros nos niegan un salario digno, nadie sabe cuánto cobra un ministro o un legislador. Esas boletas están bajo siete llaves. ¿Cuántos funcionarios cobran sueldos millonarios sin que sepamos qué hacen? Nosotros seguimos acá, resistiendo en defensa de los trabajadores de la salud y de una salud pública de calidad”.