Peregrinación y fe: la Virgen nos une en esperanza y comunidad

Concepción se prepara para celebrar la Fiesta de la Inmaculada el próximo 8 de diciembre. Monseñor José Antonio Díaz reflexiona sobre el significado de esta tradición, el camino de los peregrinos y el verdadero sentido de la Navidad, llamando a la unidad y al fortalecimiento de la esperanza en tiempos desafiantes.

Locales06 de diciembre de 2024Bajo la Lupa NoticiasBajo la Lupa Noticias

Concepción vive días de intensa preparación para la Fiesta de la Inmaculada, una tradición profundamente arraigada que culminará el próximo domingo con misas, procesiones y la llegada de peregrinos de diversas regiones. Monseñor José Antonio Díaz, en un mensaje lleno de espiritualidad, destacó la importancia de este tiempo como un camino de esperanza para la comunidad.

“Todo el tiempo de preparación ya forma parte de la fiesta”, explicó Monseñor Díaz, quien enfatizó que la devoción hacia la Virgen María ayuda al pueblo a caminar unido, superando los desafíos de la vida diaria. “Ella nos hace sentirnos comunidad, nos recuerda que somos peregrinos con un horizonte de esperanza, especialmente en estos tiempos difíciles”, señaló.

Durante sus visitas a los peregrinos que avanzan hacia Concepción, el prelado se encontró con personas que reflejan, según él, el mismo sentimiento: la esperanza de un futuro mejor. En este contexto, invitó a todos a unirse en esta celebración que también coincide con el aniversario de Concepción como capital de la provincia.

Monseñor también hizo referencia a la tradicional peregrinación a Catamarca para venerar a la Virgen del Valle, otra advocación mariana profundamente venerada en la región. Destacó que el camino de los fieles, más allá de las dificultades económicas o personales, simboliza el deseo de una vida más digna y plena.

“Nosotros somos peregrinos de fe y esperanza. Aunque no podamos resolver todos los problemas, esta actitud nos ayuda a enfrentarlos con fortaleza”, expresó. Además, subrayó que la devoción a la Virgen del Valle fortalece los lazos entre las diócesis de Tucumán y Catamarca, siendo siempre un motivo de alegría y unión.

Navidad: volver a lo esencial

En plena época de Adviento, Monseñor Díaz reflexionó sobre el verdadero sentido de la Navidad. “La centralidad de esta fiesta es Jesucristo. A veces, las cuestiones externas nos desvían, pero debemos recordar que es un momento para la oración y la conexión espiritual”, afirmó.

También invitó a distinguir la celebración religiosa de la Navidad del carácter festivo del Año Nuevo, subrayando que este último es una fecha más convencional. “Que los ruidos no entorpezcan el silencio que permite la oración. La Navidad es un momento de recogimiento y unión familiar”, dijo.

Un llamado al diálogo y la unidad

Previo a la misa y procesión central, se llevará a cabo un encuentro de amistad social, con la participación de representantes de la comunidad y funcionarios. Monseñor hizo un llamado a que este espacio sirva para superar diferencias y construir juntos.

“La Virgen nos llama a limar asperezas y caminar en un mismo sentido. Es una oportunidad para fortalecer el diálogo y trabajar unidos por el bien común”, señaló.

Bendición final

Finalmente, Monseñor Díaz dejó un mensaje especial para la comunidad: “Que el Señor los bendiga y les conceda la gracia de vivir estas fiestas con gozo profundo, animados por la esperanza y unidos por la fe”.

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