Comienza el juicio por el crimen de Facundo Ferreira

Este lunes inicia en Tucumán un nuevo juicio por un caso de gatillo fácil. Desde la defensa de la familia del niño aseguran que se trata de un caso de gatillo fácil y que hubo maniobras de encubrimiento.

Judiciales 20 de septiembre de 2021 Bajo la Lupa Noticias Bajo la Lupa Noticias

Inicia en Tucumán un nuevo juicio por un caso de gatillo fácil. Se trata del crimen de Facundo Ferreira, el niño de 12 años que fue ultimado de un disparo en la cabeza el 8 de marzo de 2018 por parte de dos efectivos de la policía. Para la familia de la víctima, fueron tres años y medios de dolor, angustia, desfiles interminables por los pasillos de Tribunales, marchas y la mirada de una sociedad dividida por el debate sobre la violencia policial y los Derechos Humanos.

Los magistrados Wendy Kassar, María Fernanda Bahler y Emilio Páez de la Torre conforman el tribunal que a partir de mañana escucharán a los testigos que desfilarán por la sala. Marta Jerez llevará adelante la acusación y el abogado Carlos Garmendia representará a la familia de Facundo en el rol de querellante. 

En el banquillo de los acusados se sentarán Mauro Díaz Cáceres y Nicolás González Montes de Oca, los policías que, de acuerdo a la acusación, le dispararon 12 veces por la espalda a Facundo y Juan, cuando ambos regresaban en moto al Barrio Juan XXIII luego de visitar las picadas de motos en el Parque 9 de Julio. Díaz Cáceres, acusado de realizar el disparo mortal, llega al juicio en libertad, cumpliendo tareas administrativas en la Policía. Distinta es la situación de Montes de Oca, quien en septiembre de 2018 fue detenido por intentar robar una cartera a una mujer en la localidad de Lastenia. Un mes después, el juez de Instrucción Facundo Maggio hizo lugar al pedido de la fiscala Adriana Giannoni y le dio prisión preventiva. Ambos acusados llegan al juicio bajo la carátula de Homicidio agravado por alevosía en abuso de sus funciones como miembros de la Policía y agravado por el uso de arma de fuego.

El caso

En la madrugada del 8 de marzo de 2018, Facundo y su amigo Juan regresaban en moto al Barrio Juan XXIII, donde ambos vivía, luego de visitar las picadas de moto que se realizaban en la zona del Autódromo del Parque 9 de Julio.

Cuando transitaban por Avenida Avellaneda, en la zona de El Bajo, fueron interceptados por Díaz Cáceres y Montes de Oca, quienes comenzaron una persecución por esa arteria de la capital. En sus declaraciones, los policías adujeron que los menores se encontraban en actitud sospechosa y que, durante la persecución, realizaron disparos contra ellos.  

Desde el inicio de la persecución hasta el desenlace, los uniformados efectuaron en total 12 disparos contra los menores. El último, que salió del arma de Díaz Cáceres, impacto en la nuca de Facundo. Juan perdió el control de la moto y ambos quedaron tendidos en el pavimento. 

Desde el momento de los hechos y hasta octubre del mismo año, el juez Maggio desestimó dos veces el pedido de Giannoni de otorgar la prisión preventiva a los acusados. El juez hizo lugar recién al tercer pedido de la fiscala, un mes después de que Montes de Oca fuera detenido por el robo de la cartera en Lastenia. 

A pocas horas del inicio de un juicio histórico en Tucumán, Garmendia atiende el teléfono y habla sobre los detalles de la causa que trascendió los límites de la provincia y dividió las aguas en la sociedad tucumana. 

El abogado no representó a la familia de la víctima desde el momento del hacho, sino que se hizo cargo del expediente unos meses después, cuando llegaron a su estudio para denunciar amenazas por parte de miembros de la fuerza para la causa no prospere. 

De acuerdo a la estrategia planteada por la defensa, durante la madrugada del crimen se cometieron una serie de irregularidades que tuvieron como único fin encubrir el hecho y brindar protección a los implicados. En diálogo con este diario, Garmendia explica cuáles son esas irregularidades que intentará probar durante el debate oral y público que comienza este lunes. 

- En primer lugar, señala el letrado, los efectivos no pidieron apoyo durante la persecución esa noche. “Ante una situación de enfrentamiento, lo que debe hacer el personal policial es pedir apoyo a otros efectivos,  y eso no ha sucedido”.  

- Cuando los policías llaman a la ambulancia, no aclaran que había un herido con arma de fuego. Entonces, cuando el personal médico llega al lugar toma el caso como un accidente de tránsito. “La ambulancia no lo llevan al Centro de Salud, que estaba a una distancia de cinco cuadras, sino al Padilla, que está mucho más lejos”, explica. Y prosigue: “Facundo ingresa como accidente de tránsito. Cuando los médicos hacen las primeras observaciones encuentran una herida de bala en la cabeza. Yo no sé si Facundo podría haber sobrevivido a ese disparo, pero lo cierto es que el personal policial no tomó las precauciones que correspondían”. 

- La escena del crimen. Las primeras medidas sobre la escena del hecho, según consta en un video de una cámara de seguridad, las realizan los propios policías que dispararon contra los menores. Cuando llega el personal del Ministerio Público Fiscal y de la División Homicidios, ya se habían realizado maniobras en la escena.  

Un examen toxicológico compromete a uno de los acusados

En abril de 2018, un mes después del crimen, se dieron a conocer los resultados del examen toxicológico realizado a los acusados. Los mismos dan cuenta de que Montes de Oca había consumido marihuana y cocaína, lo que derivó en el desplazamiento de sus funciones por parte de la jefatura de policía, que ordenó que ambos pasaran a realizar funciones administrativas mientras siguiera el curso de la investigación. 

¿Facundo disparó?

Cuando declararon los acusados, apelaron a la misma versión para justificar su accionar: que los menores habían disparado contra ellos durante la persecución, y que tuvieron que responder con postas de goma. 

Sin embargo, las pericias hechos por tierra la versión policial. En mayo de 2018, Giannoni envió a Salta y Chaco una serie de muestras y prendas de Facundo para realizar un barrio electrónico, una prueba que en ese entonces no se realizaba en Tucumán. La pericia fue categórica: la víctima no había manipulado armas de fuego la noche en que fue ultimado por los uniformados. 

“Yo espero una condena, porque no tengo dudas de la responsabilidad de los acusados. Espero también que sirva de reflexión para los policías y también como material de trabajo para la formación de policías. Yo veo con mucha preocupación una camada de policías jóvenes cada vez más violentos. Esto es un caso de gatillo fácil cometido por dos policías jóvenes que acababan de salir de la Escuela de Policía”, concluyó Garmendia. 

Fuente: El Tucumano

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